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En el barrio lo quieren a Ernesto.
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En Recoleta lo quieren a Julio.
Ahora, si alguien de barrio va a Recoleta y pide un caramelo, se horroriza con el precio. Que, en parte, está justificado porque Julio paga el doble de alquiler que Ernesto. Pero para el vecino de Recoleta, que también tiene mayor poder adquisitivo, está todo bien con ese caramelo a 1 mango.
Ambos son revendedores de caramelos. Y en general no se les tiene bronca por ser revendedores. Hay un valor agregado de parte de ellos: si yo quiero un caramelo, les puedo comprar un caramelo a la vuelta de la cuadra. Si quisiera caramelos a 10 centavos, tengo que irme hasta el proveedor de ambos, y encima comprar una bolsa.
Ahora, en el ámbito de nuestro vicio que implica comprar cosas, en general hay cierta bronca contra los revendedores. Yo no estoy exento de tenerles bronca.
Pero me parece que hay una zona gris que tenemos que poner en la balanza.
Primero, vayamos con los casos fáciles de "condenar":
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El público "target" de Mauricio es la gente que no tiene la posibilidad o ganas de traerse cosas de afuera. Mauricio ofrece "garantía" si algo falla, pero te va a dar mil vueltas para recibirte el producto, echándote la culpa en el medio.
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El problema con el primero es que todos podemos ver la guita original de lo que consigue. Y más aún, empezamos a suponer que las cosas las consigue al por mayor (por ende más baratas) y algún tongo con aduana debe tener.
Por qué tengo que pagarle el doble (como mínimo) por algo que se puede traer por mucha menos guita?
El problema con el José es por partida doble: primero que le manda mucho de ganancia, y segundo que a muchos de nosotros nos cuesta más conseguir las cosas, porque el guacho se dedica a peinar las ferias y para cuando llegamos, ya vació todo lo interesante.
Ahora, las zonas grises son muchas, pero hay un caso de un revendedor que a mí no me molestaría: si José me vende un Family completo a 100 mangos, a mí me parece un precio más barato de lo que puedo llegar a conseguirlo. Mientras no me refriegue en la cara que lo pagó 20, yo estaría contento comprándole a José.
Para mí es similar a comprarle un caramelo a Ernesto.
Ustedes qué opinan?